¡Hola, queridos seguidores! Aquí vengo con la primera entrega de una sección que me hacía mucha ilusión traerles y que seguirá todo el mes de septiembre y octubre, si hay suerte.
Y hoy tengo el honor de presentarles a un escritor español que tuve la suerte de conocer en la pasada BLC en Madrid, un hombre que llama la atención por su melena pelirroja, su físico imponente y su voz profunda. No obstante, no es tan temible como parece y resulta ser una persona muy simpática y con gran talento a la hora de escribir y de dibujar. Además, siempre va acompañado de su risa profunda de las cavernas, como me gusta decirle siempre.
Se trata de Alberto Morán Roa, traductor especializado en fantasía y ciencia-ficción y que ha publicado con Kelonia Editorial su primera novela, El rey trasgo, que reseñe hace pocos días. ¡Accio entrevista!
¡Hola, Alberto! Muchas gracias por haber concedido al blog esta entrevista.
El placer es mío. Vamos allá.
¿Escribes desde hace mucho?
Empecé
a escribir reseñas hace más de diez años para la web Zona Negativa
(visitadla si os gustan los cómics, si no la conocéis ya, el trabajo que
allí se lleva a cabo es espectacular) y de ahí di el salto a los
artículos y las columnas en cómics para distintas editoriales, que fue
mi campo de instrucción particular. He aprendido mucho gracias al
feedback de editores como Toni Boix: a transmitir un mensaje de una
forma clara para el lector, a ajustarme a un tema y sobre todo a buscar
la mejora permanente, a tomarme la escritura no como un proceso en el
que todo vale bajo el pretexto de que es creativo, sino como un
aprendizaje continuo. La escritura puramente creativa es muy reciente
para mí, cosa de los últimos tres o cuatro años, cuando apareció un
trasgo en mi cabeza y se adueñó de mi Desván de Cosas Imaginadas para
incorporarlo a su propia historia. No recuerdo haberle dado la llave…
simplemente entró y se hizo con todo.
¿Cómo se te ocurrió la idea para El Rey Trasgo? ¿Cuánto tardaste en escribirla?
Cuando
aparece El Rey Trasgo en mi vida, de la nada, y se adueña de conceptos
como una ciudad que vigila el mundo navegando los cielos, un militar
tullido con un brazo de metal o un grupo de juglares que se adentra en
una montaña. Tardé en escribirla unos nueve meses, exactamente lo mismo
que para escribir la continuación. Está visto que lo mío no son procesos
creativos: son embarazos.
¿Cómo lograste contactar con Kelonia y qué sentiste al enterarte de que la verías publicada?
Contacté
con Kelonia porque conocía de antemano a sus editores, Carmen y Sergio,
a través de la Federación Española de Fantasía Épica. Cuando supe que
la iban a publicar me sentí entusiasmado, por supuesto, además de
sereno, ya que la debacle de AJEC –editorial con la que iba a ser
originalmente publicada– estaba muy reciente. Agradezco mucho a Carmen a
Sergio su trabajo, su implicación y los infinitos tanques de paciencia
que tienen guardados en algún lugar de su casa, conocida como Isla
Tortuga.
¿Cuándo podremos disfrutar de la continuación de El rey trasgo?
Está
terminada y en fase de revisión por parte de la editorial. Queremos que
esté publicada antes de fin de año y estamos mirando fechas concretas.
¿Cuál es el personaje qué más te costó moldear en la novela?
Cada
uno presentaba sus retos. Tobías tenía que ser trágico sin resultar
deprimente. Kaelan pasa de ser un héroe muy puro a un hombre dañado,
menos paciente, moldeado por los trágicos acontecimientos que le ha
tocado vivir. Naié tenía que definirse a través de los ojos de otro
personaje, tratada como un personaje secundario cuando en realidad tiene
muchísimo peso, presencia e importancia. Aunque tenía las
personalidades muy claras, cada personaje exigía una aproximación
especial, un trato distinto, por lo que si bien no ha habido uno
particularmente complicado, todos exigieron mucha dedicación por mi
parte. Quería que los personajes fuesen sólidos, interesantes,
creíbles, así que la caracterización no era un aspecto en el que
estuviese dispuesto a pasar por alto ningún detalle.
¿Te sientes reflejado en alguno de ellos?
Hay
un poco de mí en cada uno de ellos. Creo que no se puede evitar al
crear personajes el legarles una parte de ti, de aquello que admiras, de
aquello que desprecias. Hay frases, matices, reacciones, observaciones,
que releo ahora que se ha cumplido un año de la publicación de la
novela y se me escapan las sonrisas al verme reflejado en algunas
líneas.
¿Te costó dar vida al personaje que da nombre a tu novela?
En
absoluto, fue uno de los más sencillos. Él apareció ante mí creado del
todo. Sus líneas se escribían solas, era como transcribir una
entrevista. En la segunda parte su caracterización es prácticamente la
misma con un matiz añadido, pero el contexto en el que tiene lugar ha
sufrido una importante vuelta de tuerca, así que ha sido como empezar de
nuevo, con la misma sensación de sorpresa, de novedad, de asombro. Así
me tiene El Rey Trasgo. En vilo. Sabe de qué hilos tirar.
¿Reflejas de alguna forma nuestra sociedad en el mundo que has creado?
Hay
varias reflexiones sobre el uso del poder, el liderazgo, la gestión de
la paz, además de ciertas piruetas simbológicas aquí y allá, pero nada
más. Con El Rey Trasgo no quería dar mi visión sobre el mundo moderno o
exponer una crítica a la sociedad: quería contar la historia de El Rey
Trasgo. Si bien no soy impermeable al mundo que me rodea y había
aspectos que quería tratar aunque fuese de forma indirecta, la prioridad
recaía en la historia y los personajes.
¿Tienes alguna manía a la hora de escribir? ¿Algún tipo de ceremonia?
En
los últimos años me he ritualizado bastante. Me gusta disponer de
tiempo por delante, detesto las prisas o encajar líneas en un puñado de
minutos libres. Escucho música apropiada para escribir: black metal
atmosférico, dungeon synth, dark ambient (en la sección “playlist” del
blog podéis encontrar a qué música aluden esos términos tan raros).
Quemo incienso de sándalo o limón. Tengo siempre algo a mano para beber
en función de las necesidades: té helado, powerade, bebidas energéticas.
Y si es de día bajo un poco las persianas para tener una luz tenue.
¿Sueles acompañarte de música a la hora de escribir?
Siempre.
Cuando escribo todo lo que escucho gira en torno a la música ambiental y
atmosférica con elementos folk, pinceladas electrónicas (teclados,
sintetizadores) y un fuerte componente metal, fundamentalmente black con
la visita ocasional de subgéneros como el avantgarde o el melodeath.
¿Nombres? Summoning, Agalloch, Winterfylleth, Caladan Brood, Terra
Tenebrosa.
¿Alguna canción que te recuerde a tu novela?
Pantheist,
de Agalloch y Land of the Dead, de Summoning, son las canciones fetiche
de la novela. En el caso de la segunda parte esos puestos corresponden a
Ashen Cold, otra vez de Summoning, y Wild Autumn Wind, de Caladan
Brood.
¿Eres de los que hacen esquemas cuando escribes o te dejas llevar por la improvisación y la inspiración?
Dedico
mucho tiempo a la preparación, la planificación y los esquemas. Con la
primera parte empleé muchas páginas en preparar cada trama y planear
cómo se iban a entrelazar. En la segunda parte el trabajo ha sido
incluso más concienzudo, meticuloso y obsesivo. Empecé planeándola en
una libreta. Cuando se quedó pequeña pasé a los folios. Cuando ellos
también se quedaron pequeños grité y me compré una pizarra blanca. Creo
que la dedicación ha merecido la pena: la trama de Títeres de Sangre es
más ambiciosa, más grande y mejor. En la primera parte los entornos eran
más aislados: aquí las ubicaciones y los personajes se multiplican.
No
obstante y pese a toda la planificación previa, siempre hay un pequeño
espacio para la inspiración, sobre todo a la hora de añadir detalles a
la ambientación, de dar matices y personalidad a una conversación.
Digamos que la inspiración se ocupa de añadir los detalles una vez ha
fraguado el cemento de la estructura.
Los escritores suelen ser grandes lectores, ¿a qué edad empezaste a leer? ¿Cuáles son tus escritores y libros favoritos?
Empecé
muy pronto. Recuerdo que mi más temprana aproximación fue la Espada de
Liuva, que leí cuando no levantaba un palmo del suelo. No acostumbro a
tener una lista de autores favoritos, aunque me gustan -cada uno por
distintos motivos- Michael Moorcock, J. R. R. Tolkien, Robert Howard,
Terry Pratchett, Robert Holdstock, Joe Abercrombie, Alan Moore, Grant
Morrison o Rick Remender.
También eres traductor, ¿te ha ayudado o influenciado eso en alguna manera cuando escribes?
Desde
luego que sí. Me ha aportado constancia, atención al detalle, capacidad
de organización, meticulosidad y una tolerancia a la cafeína y la
nocturnidad que no son de este mundo. Debo mucho a mi experiencia como
traductor.
Y ya, para finalizar, una última pregunta:
tras terminar con la trilogía de El rey trasgo, ¿tienes en mente
escribir alguna otra historia?
De hecho, ya lo estoy haciendo. Solo diré una cosa: mirad al mar. Por allí vendrán.
¡Muchas gracias por todo, Alberto! Estaremos atentos a tus próximos proyectos.
Gracias
a ti por tu tiempo e interés. A todos: podréis volver al reino del trasgo,
el reino de las lágrimas y la roca, a finales de este año. Os estaremos
esperando.
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7 comentarios:
Estupenda entrevista, muy interesante. Es cierto lo de la voz de Alberto, da gusto ecucharlo, y su novela es altamente recomendable :)
Después de leer esta reseña apetece entrar en este mundo. A ver si pillo el libro pronto! :D
Salu2
Vaya, no conocía al escritor, pero sí que se expresa bien. ¡Apunto su novela!
Gracias por la entrevista ^^
A ver si leo algo de él :)
Muy buena entrevista. Tendré que leerme su novela, me llama mucho.
Con la entrevista me he quedado pillada :P A ver cuando puedo leer el libro ^^
Gracias por la entrevista!!
besitos<3
El vikingo es muy simpático y habla súper bien, ¿eh?
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