No te escondo nada, de Sylvia Day

Bueno, como todos esperábamos, han comenzado a proliferar las novelas que intentan imitar a la ya mundialmente famosa novela erótica de la que todo el mundo hablaba...

¡¡No leer si no se es mayor de edad!!

Eva Tramell es una chica de San Diego que empieza a trabajar en una prestigiosa compañía de marketing cuando, ¡oh, divino azar!, acaba despatarrada -¿os suena de algo?- en la entrada del edificio frente al sexy, guapetón y rico Gideon Cross (GC o CG, ¿qué más da?). En prácticamente nada el tío bueno le deja saber de su intención de llevársela a la cama. Sí, a nuestro protagonista no le van las sutilezas, ¿para qué, cuando se puede ser así de directo?

-¿Te acuestas con alguien?

[...]

-¿Por qué quiere saberlo? 

[...]

-Porque quiero follar contigo, Eva, y necesito saber si hay algún obstáculo.

Es decir, que el título le pega totalmente a nuestro protagonista masculino. Tras un par de días en los que nuestra protagonista intenta, en vano, resistirse, acaban enrollándose y aquí comienza la historia, señores.

Eva, a diferencia que Ana (sí, sería absurdo hacer como si el libro no estuviese inspirado en Cincuenta Sombras de Grey), ni es tonta, ni pobre, ni ingenua y mucho menos virgen. Es más, la chica está prácticamente todo el rato cachonda pensando en sexo. Lejos de escandalizarme, prefiero protagonistas así que típicas puritanas insípidas, si he de ser sincera. Además, ese tipo de comentarios son los que hacen la novela entretenida y divertida (más de una vez sueltas una carcajada por los pensamientos ingeniosos de esta). Como plus, Eva no posee una diosa interior que está todo el dichoso día celebrando sus proezas sexuales o sus comentarios agudos, para eso con ella misma le basta... Además, es una chica madura y con carácter, que sabe mandar a tomar aire fresco al protagonista cuando se lo merece.

Gideon, o como yo prefiero llamarlo, Cross, no tiene tantos miramientos como nuestro Christian. No, este va a lo que quiere sin ningún problema o contrato de confidencialidad. En parte me ha gustado en parte no, pues a veces es de un engreído y prepotente que yo le hubiera puesto las cosas mucho más difíciles para llevarme a la cama, vamos. Eso sí, por lo menos no está todo el día encima de la protagonista (figuradamente, claro) instándole a comer y obsesionado por su seguridad o dando cuenta de su fortuna. ¡Ah, y no usa como apodo cariñoso el nena, cosa que agradezco enormemente!

En lo tocante a la relación entre esto dos, me parece muy precipitado todo. Al menos entre Chris y Ana hubo una evolución de "solo te quiero follar" a "siento cosas por ti que nunca antes había sentido", sobre todo en el chico. Sin embargo, aquí no hay graduación; no obstante, esto no quiere decir que él se abra totalmente, para nada, todavía queda descubrir el secreto que este esconde...

Respecto al estilo de la autora, siendo como es una escritora de libros con género contemporáneo, fantasía, histórica, futurista, ciencia ficción, suspense romántico, etc., la historia está mucho mejor escrita que la de E.L. James. Esta mujer sí que conoce lo que son los sinónimos y las metáforas aunque, eso sí, su tono es mucho más desenfadado que el de la otra escritora.

¿Por qué digo esto? Porque en la novela el vocabulario que predomina es un tanto, ¿cómo decirlo?, soez. Sí, vamos, que no se usan exactamente los nombres científicos para ciertas partes anatómicas... Y los protagonistas no es que sean calificados exactamente como románticos, así que si eres de esos lectores que se escandalizan o simplemente prefieres un nivel del lenguaje un poco más estándar, este no es tu libro.

- Llevo queriendo comerte el coño desde que te conocí.

Eso sí, no te creas que no se respetan entre ellos, eh. Que se hablan de señor Cross y señora Tramell, sí, sí. Las formalidades ante todo.

Respecto a las escenas eróticas, si no te leíste Cincuenta sombras... porque no te iban las relaciones sadomasoquistas, ¡ahora no tienes excusa! Pues, aunque alguna que otra vez se habla de azotes por aquí y por allá, aquí solo hay sexo vainilla.

Ahora sí, queridos lectores, si pensábamos que Christian Grey había tenido un pasado triste y oscuro, ni Eva ni Gideon se quedan atrás... Puede que incluso lo superen en cuanto a infancias trágicas. En ese sentido, No te escondo nada es más fuerte...

En cuanto a los personajes secundarios, en esta primera entrega no se les conoce demasiado bien, pero son bastante interesantes. A mí personalmente me ha gustado el compañero de piso de Eva, Cary, aunque hay algunas conductas suyas que me han decepcionado, pero estoy segura que conoceremos más de él en las entregas siguientes.

En resumidas cuentas, dentro del género está muy bien, supera a Cincuenta Sombras de Grey respecto al estilo, la protagonista y la trama, ya que No te escondo nada es más dramático emocionalmente pero menos intenso respecto al sexo duro, puesto que aquí no encontraremos ni cadenas, ni latigazos ni fustas. Eso sí, la desenvolvura a la hora de narrar de nuestra protagonista hace la historia entretenida, amena y adictiva. Es algo así como el fanfic mejorado la novela debut de E.L. James. ¡Espero con ganas la segunda parte parte!

[3.75 por ese final tan poco emocionante]

-No he terminado…

-¡Yo sí! -Me di la vuelta para mirarle-. No te atrevas a hablarme así. ¿Quién te crees que eres? ¿Crees que he venido por ti? ¿Qué esperaba verte para que me lanzaras un maldito hueso o un trozo de comida… algún patético reconocimiento de mi existencia? ¿Qué quizá podría acosarte para echar un polvo rápido y sucio en cualquier rincón en un penoso esfuerzo por recuperarte?

Si les ha entrado la curiosidad, Laura, de Volando entre páginas, ¡está organizando un concurso donde el premio es un ejemplar!

[Agradecimientos a Espasa por el ejemplar]