martes, 29 de noviembre de 2011

La tabla de Flandes, de Arturo Pérez Reverte


Si me siguen por el Twitter sabrán que he estado muy ocupada con una monografía para Español, así que el único libro que he podido leer es el libro que me tuve que leer para dicho trabajo, por lo que aquí tienen mi reseña ;)



 
A finales del siglo XV un viejo maestro flamenco introduce en uno de sus cuadros, en forma de partida de ajedrez, la clave de un secreto que pudo cambiar la historia de Europa.

Cinco siglos después, una joven restauradora de arte, un anticuario homosexual y un excéntrico jugador de ajedrez unen sus fuerzas para tratar de resolver el enigma. La investigación les conducirá a través de una apasionante pesquisa en la que los movimientos del juego irán abriendo las puertas de un misterio que acabará por envolver a todos sus protagonistas.



Una historia perfectamente hilada que te engancha, pues necesitas saber la identidad del asesino. Sin embargo, aunque admito que es una novela trepidante, que te obliga a terminar de leerla y descubrir el misterio de la trama y que está extraordinariamente bien hecha, encuentro varios aspectos criticables.

Primero, por mucho que sea innegable que Arturo Pérez-Reverte posee un amplio vocabulario de la lengua española, algunos lectores - entre los que me incluyo - pueden, con el paso de las páginas, acabar encontrando algo prepotente el uso de demasiadas palabras cultas en situaciones en que los sentimientos o las circunstancias no permiten que sean usadas, como en el enfrentamiento final de la historia - por llamarlo de alguna forma, pues parecen estar debatiendo el final de una película, en vez del origen de dos asesinatos-.

Segundo, es evidente que son necesarias algunas jergas para la novela, sin embargo, desde mi punto de vista, el uso de ellas es excesivo y provoca que el lector se aburra por no conocer su significado o incluso realice una lectura diagonal de esos pasajes, aunque hay que reconocer que queda suplido de alguna forma con el resumen que al final de esas conversaciones nos proporciona la protagonista, Julia.

Tercero, las descripciones en los libros quedan muy bonitas, el problema es que hay capítulos que están demasiado llenos de párrafos que suenan muy bien, sí, pero que no dicen nada, y ocasionan que tu atención se vaya a otro lugar.

Por último, comprendo que el autor no quiera dejar ningún cabo suelto a la hora de explicar todo lo que hay detrás de los asesinatos de Álvaro y Menchu, pero se entretiene demasiado en detalles nimios que convierten un final que podría haber durado sencillamente quince o veinte páginas en uno de sesenta.

A pesar de todo lo mencionado anteriormente, es una novela interesante que me ha atrapado y sorprendido en la mayoría de sus páginas. El final jamás me lo hubiera imaginado así y debo admitir que no me gustó para nada que el asesino fuera quien resultó ser, pero puede que sea eso lo fantástico de la novela: el autor nos ha mantenido engañados durante todo el libro y quizás ahí resida la maestría de Arturo Pérez-Reverte.


-Yo diría que, más que con el arte de la guerra, el ajedrez tiene mucho que ver con el arte del asesinato.

2 comentarios:

Shorby dijo...

Es el típico libro que se conoce y se ve siempre, pero no termina de llamarme especialmente...

Besotes

Deigar dijo...

No sabía nada del libro. Tengo muy pendiente a este autor, pero estoy seguro que comenzaré con otro libro.

¡Saludos!

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