Sombra y hueso, de Leigh Bardugo

Y sigo con los libritos que me he comprado con el dinero de Reyes y que tantas ganas tenía de comprarme. Este se trata de un libro que me habían recomendado tanto y estaba a tan buen precio, que no pude menos que traérmelo a casa *_____*.

Comienza así...

Los sirvientes los llamaban malenchki, pequeños fantasmas, porque eran los más jóvenes e insignificantes, y porque con ellos parecía que la casa del Duque estuviera encantada, llena de espíritus que se reían, mientras entraban y salían de las habitaciones a toda velocidad...

Editorial Hidra ~ 423 páginas

 Primera parte de una trilogía

  

Rodeada de enemigos, el antaño reino de Ravka ha sido dividido en dos por el Abismo de Sombras, una granja de impenetrable oscuridad plagada de monstruos ansiosos de darse un festín con carne humana. Ahora el destino de toda una nación descansará sobre los hombros de una sola refugiada. Alina Starkov nunca ha destacado en nada, pero cuando su regimientos es atacado en el Abismo y su mejor amigo resulta gravemente herido, Alina despierta un poder latente que salva su vida, un poder que podría ser la clave para liberar a su país devastado por la guerra. Apartada de todo lo que conoce, Alina es arrastrada hasta la corte real para ser entrenada como miembro de la Grisha, una élite mágica liderada por el misterioso Oscuro. Sin embargo, nada en ese fastuoso mundo es lo que parece. Con la oscuridad al acecho y un reino entero dependiendo de su indomable poder, Alina tendrá que enfrentarse a los secretos de la Grisha y a los de su corazón.

No es ningún secreto que me encantan los amores de infancia, me parecen tan puros y bonitos. Y si a eso añadimos una historia fantástica ambientada en una hipotética Rusia, mejor que mejor.

Tenemos a Alina, una joven huérfana que es cartógrafa en el servicio militar, junto a su amigo de la infancia, Mal, un soldado guapete del que está secretamente enamorada desde siempre. Nuestra protagonista es una chica como tú y como yo, y eso me ha gustado. Normalmente, la protagonista elegida suele pasar de ser normalita a ser una luchadora nata y la bomba en cero coma. Pero aquí no. Poco a poco el personaje de Alina va evolucionando, ganando habilidades, disciplina  y confianza en sí mismo (a lo Mulán, vamos). 

Luego está Mal, el amigo guapísimo que todas hemos tenido alguna vez y que no nos hace ni puñetero caso porque no nos ve como algo más que una amiga. Y claro, yo esperaba que fuera la historia sobre ellos dos, pero luego apareció un triángulo amoroso con un personaje sumamente interesante y misterioso...

...el Oscuro, un personaje tan intrigante y magnético que prácticamente nos olvidamos de Mal y nos vemos inmersas en el embrujo de este hombre. Paulatinamente vamos descubriendo más cosas sobre él y deseamos que haya más escenas en las que participe y compartimos con Alina esa fascinación por este hombre tan reservado y solitario. Ese complejo de buenas samaritanas que solemos tener las mujeres, qué se le va a hacer... 
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Luego están esos grandes personajes secundarios, algunos entrañables, como Botkin, alias Señor Miyagi, o Genya, la atractiva Grisha; otros estrictos, como Baghra; y otros como la irritante Zoya. Y muchos más, como Iván, Alexei, Nadia... Todos perfectos en sus papeles.
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La trama, además, está llena de sorpresas y giros argumentales que te cogen desprevenida, y como es algo que no me suele suceder, estoy encantanda con la novela en general.

Lo único que me hubiera gustado es que se contara un poco más de toda la sociedad y el mundo de los Grisha. No es que cuenten poco, pero había algunas cosas que no me cuadraron...

Por cierto, me gustaría felicitar a Mike, administrador de Alas de papel, por su excelente traducción de la novela. ¡Así da gusto leer en español! =)

 

En resumidas cuentas, Sombra y hueso es una novela de fantasía casi perfecta, que engancha enseguida, que está llena de sorpresas y con unos personajes muy redondos, interesante y bien construidos.  Los mejores 15 euros que he invertido este año. ¡¡NO TE LO PUEDES PERDER!!

Un momento después, el chico susurró:

-Yo no creo que seas fea.

-¡Shhh! -siseó ella. Pero, oculta por las profundas sombras de la despensa, sonrió.