El nombre del viento, de Patrick Rothfuss

¿AÚN NO LO HABÍA LEÍDO?, pensarán mucho. No, no lo había leído. No había encontrado el momento adecuado para ponerme con él tras tantas y tantas recomendaciones después. Y la verdad es que ahora entiendo por qué había tanto revuelo con esta novela.

Comienza así...

Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.

Editorial Plaza & Janés ~ 880 páginas

Primera parte de una trilogía

En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje legendario a quien todos ya daban por muerto: Kvothe… Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino.
Ahora va a revelar la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas itinerantes, los años malviviendo como un ladronzuelo en las calles de una gran ciudad y su llegada a una universidad donde esperaba encontrar todas las respuestas que había estado buscando.

Debe de parecer mentira de tantas veces que lo he dicho, pero yo no soy una gran fan de la fantasía. Aun así, mis amigos casi me amenazaban de muerte si no me leía el libro este nuevo año que ha empezado. Así que lo saqué de la bibiloteca y me puse a leerlo acompañada de una libretita donde iba apuntando los datos importante de la trama (por recomendación de una amiga). Y lo cierto es que es tan buena como dicen.

No se puede negar que el autor ha sabido crear un mundo apasionante, creíble y muy bien construido. Kvothe es un personaje tremendamente interesante, redondo y con el que el lector simpatiza en seguida. Lo acompañan personajes muy carismáticos, como Bast, Cronista, Will y varios profesores de la universidad por los que sientes cariño ipso facto.

En algunas cosas me ha recordado un poco a Harry Potter (la Universidad/Hogwarts, Ambrose/Draco Malfoy...), aunque el concepto de magia que nos muestran es bastante diferente, además de la trama en sí.

La narración  y la pluma de Rothfuss son excelentes. Hacen que te sumerjas de lleno en la novela y me ha encantado esas pullas del escritor respecto a la condición humana. Si hubiera marcado mis fragmentos favoritos de la historia, el libro estaría casi por entero subrayado.

Los capítulos no eran demasiados extensos, lo que favorecía que te engancharas muchísimo al libro. Yo leía la novela por la noche y acababa a las tres de la madrugada. Y es que me pegaba todo el rato pensando "un capítulo más y a dormir", pero acaba leyendo unos seis o siete.

Respecto a la historia de amor, me ha parecido muy tierna y natural. Eso sí, no me fío de la chica, no sé por qué. Espero que sepamos más de ella en las siguientes partes de la trilogía.

La única pega que le pongo a la novela es que comenzamos con unas preguntas al iniciar la lectura que no sabemos responder una vez terminamos el último capítulo. Sí, sé que es una trilogía y que cada libro es mayor que el anterior, pero yo hubiera preferido que algunas tramas se hubieran resuelto en esta primera parte. La sinopsis que muestra el libro nos avanza varios acontecimientos, y de todos ellos solo se desarrolla uno, lo que produjo que me sintiera algo insatisfecha cuando acabé el libro. 

Así que espero a las siguientes entregas antes de darle la nota máxima del blog. Creo que esperaré hasta verano para zambullirme en las páginas de la continuación, El temor de un hombre sabio, puesto que ni siquiera hay aún fecha de publicación para la entrega final.

En definitiva, podría escribir un testamento alabando este increíble e inmejorable debut del escritor estadounidense, como que tiene todos los ingredientes para convertirse en un clásico, pero creo que lo mejor será que todo eso lo descubran leyéndolo. Es todo lo bueno que dicen que es. ¡LEEDLO YA!

-Al cuerno la etiqueta -repuso Threpe, enfuruñado-. La etiqueta es un puñado de normas que la gente utiliza para poder ser grosera en público con los demás. Yo nací Dennais en primer lugar, Threpe después, y por último conde. -Me miró, suplicante-. ¿Qué te parece Denn?