Prometidos, de Caragh M. O'Brien

En 2011 comencé esta trilogía que tanto me gustó en la primera parte y que tanto me sorprendió un año después en la segunda. Y, por fin, he acabado leyendo su final.

Comienza así...

Gaia encajó la flecha y la llevó hacia atrás con la cuerda del arco.

-No te muevas.

Tras desafiar al despiadado Enclave, sobrevivir a las tierras baldías y tumbar al rígido matriarcado de Sailum, Gaia Stone se enfrenta al mayor desafío de su vida: conducir a los habitantes de Sailum hasta el Enclave y convencer al Protectorado de que les conceda refugio contra los páramos. En ausencia de Gaia, la crueldad del Enclave ha umentado y su deseo de experimentar con madres del exterior del muro sobrepasa todos los límites. Ahora, además, el precio que deben pagar por la cooperación o la sublevación es tremendamente alto: ¿está Gaia preparada, como líder, para sacrificar lo que más ama?

La verdad es que la segunda parte de esta trilogía nos dejó bastante sorprendidos, pues la primera y la segunda entrega parecían pertenecer a distopías muy distintas. Así que cuando vi el grosor de esta última novela, sentí poca confianza en el final, pues era mucho más fino que los anteriores y quedaba taaaaanto por contar... Pero la verdad es que estoy satisfecha.

El inicio de la novela nos deja un poco perdidos, pero poco a poco iremos averiguando qué ha pasado con Gaia, Leon y los demás y sus planes de cambiar el Enclave.

Leon, oh, Leon. Es uno de los protagonistas masculinos que más cambian y que más me han gustado de la literatura juvenil. Con todo lo que sufre por nuestra Gaia, que también es una prota fuerte, pero que a veces me sacaba de quicio con cierto temita... Aunque la pobre también sufrirá lo suyo en esta novela.

Este cuarteto amoroso que apareció en su anterior entrega me reafirma en esta mi incapacidad para entender por qué lo provocó la autora. Tiene tan poco sentido...

Pocos personajes nuevos encontraremos en esta finalización de la saga, aunque uno en particular es el que más me ha gustado: Piro. Es una lástima que la autora se haya centrado tan poco en explotar a los nuevos personajes y haya girado tanto en círculos para acabar la trama que se abría en Marca de nacimiento.


La novela sigue contando su historia a través de un narrador en tercera persona, sin apartarse del lado de nuestra protagonista, lo que limita bastante saber qué ocurre en el Enclave y cómo piensan otros personajes.

En cuanto al final, me ha gustado que no haya sido tan perfecto y feliz como solemos encontrarnos normalmente en libros de esta temática. Prepárense para llorar, yo lo hice bastantes veces.

En resumidas cuentas, Prometidos me ha enganchado desde el principio y aunque su final no es idílico, hace sufrir y pone el corazón del lector en un puño, me ha encantado. Y quién sabe, yo veo demasiado material como para que termine aquí esta distopía... Aunque no deja ningún cabo suelto, eso es cierto.

-Amar tanto duele -contestó por fin-. Veo cada punto que nos une y cada puntito que nos separa, hasta que hablamos y nos unimos de nuevo. Como ahora, cuando no te rindes. Nunca había sentido nada igual por nadie. Ahora ya no soy feliz si no estás conmigo. Y aquí me tienes, tambaleándome en este estúpido punto donde me gustaría tenerte a mi lado a todas horas y no puedo. ¿Qué pasaría si te perdiera? Esto n oes fuerza, es debilidad. No debería ser así.

-Eres asombrosa -dijo él, subiéndole la barbilla con el pulgar.

[¡Agradecimientos a Everest por el ejemplar!]