Y con éste, sigo el desafío que me he impuesto este verano: el maratón de Harry Potter.
Tras otro abominable verano con los Dursley, Harry se dispone a iniciar
el cuartocurso en Hogwarts, la famosa escuela de magia y hechicería. A
sus catorce años,a Harry le gustaría ser un joven mago como los demás y
dedicarse a aprendernuevos sortilegios, encontrarse con sus amigos Ron y
Hermione y asistir conellos a los Mundiales de quidditch. Sin embargo,
al llegar al colegio le espera unagran sorpresa que lo obligará a
enfrentarse a los desafíos más temibles de toda suvida. Si logra
superarlos, habrá demostrado que ya no es un niño y que estápreparado
para vivir las nuevas y emocionantes experiencias que el futuro
le guarda.
Como siempre, Hogwarts depara a sus estudiantes un evento excepcional: el Torneo de los Tres Magos, donde tomaremos contacto por primera vez con otras Escuelas de Magia y Hechicería. En él, un representante de cada colegio - mayor de 17 años - deberá enfrentarse a los otros y ganar el torneo. Recuerdo que de pequña pensé: ¿17? ¿Entonces cómo participará Harry? Estaba segurísima que saldría su nombre cuando tuviera que elegir el de Hogwarts, así que al salir Cedric me llevé una decepción que desapareció al final de ese capítulo. Las pruebas me parecen muy originales, interesantes y entretenidas, especialmente la segunda. Cuando Harry baja y se encuentra con Ron, Hermione y Cho pensé: ¿A cuál tiene que salvar Harry?
En cuanto a la evolución de los personajes este es el libro, sin duda, en el que más odio a Ron y a Snape. Al primero, porque abandona a Harry cuando más lo necesita; y al segundo por tratar tan mal a Harry - en varios momentos tuve que recordar el capítulo sobre él en el séptimo libro, porque si no, dejaría de ser uno de mis personajes favoritos. Hermione también cambia: me encanta que Viktor se fije en ella - en este libro ya está claro que Ron está loquito por ella-, pero me pone de los nervios con su PEDDO - lo de los elfos y sus derechos -.
Un personaje que me encanta, aunque no debería, es Ojoloco Moody. Me ha parecido un personaje interesante, excéntrico y divertido, pero descubrir quién es en realidad me dejó en su momento muy confundida.
Harry vuelve a ser el blanco de todas las conversaciones y miradas. El pobre no para, en el primer libro se encuentra que es un mago - y bastante famoso -, por lo que siente que todo el mundo lo conoce mejor que él; en el segundo todo el mundo lo desprecia por pensarse que era el heredero de Slytherin y autor de todos los ataques a estudiantes de Hogwarts, en el tercero se siente infravalorado ya que todo el mundo lo trata como si fuera de cristal y por si fuera poco, en éste todo el mundo lo cree un engreído y prepotente que se ha metido en el Torneo para llamar la atención.
En el libro también descubrimos algo que algunos sospechábamos en el fondo: ¡Snape era un mortífago! Y resurge una cuestión que todo el mundo se pregunta: ¿Por qué confía Dumblendore en alguien como el profesor de Pociones?
Y, como colofón final, ocurre lo que todos más temían: el regreso oficial de Voldemort. La escena donde resurge del caldero Tom Ryddle, la aparición de los mortífagos y la sorprendente batalla de varitas me parecio excepcional.
- ¿Qué...qué está usted haciendo? - preguntó al profesora McGonagall, siguiendo con los ojos la trayectoria aérea del hurón.- Enseñar - explicó Moody.- Ens...Moody, ¿eso es un alumno? [...]- Sí.[...]-¡Moody, nosotros jamás usamos la transformación como castigo! [...] Supongo que el profesor Dumblendore se lo ha explicado.- Puede que lo haya mencionado, sí -respondió Moody, rascándose la barbilla muy tranquilo-, pero pensé que un buen susto...
1 comentario:
Una vez, hace mucho, mucho, mucho tiempo empecé a leer el primero de los libros de Harry Potter, pero la verdad no me llamó. Ahora quiero volver a intentarlo, porque creo que me gustarán :)
p.d: ¡He vuelto! Te espero en el blog con nuevas secciones y nuevo diseño :)
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