Los días que nos separan, de Laia Soler

¡Buenas tardes! Hoy les traigo la reseña del libro ganador en el concurso de esa nueva editorial española que está pisando fuerte desde que nació el año pasado, Plataforma Neo.

Comienza así...

El sonido del viento y la lluvia se percibía lejano tras aquellos gruesos y viejos muros.

Abril está obsesionada con sus sueños. Desde que se cruzó con ese desconocido en la biblioteca, él se le aparece cada vez que se queda dormida. En su mundo onírico, el chico es Víctor, un burgués de la Barcelona de 1914, y ella... Ella ni siquiera es ella misma, sino Marina, una obrera que vive en el mismo edificio que Víctor.  

Mientras la historia de los dos jóvenes del pasado avanza noche tras noche, Abril lucha por mantenerse al margen de las emociones de Marina e intenta descubrir qué significan esos sueños. 


En primer lugar, quiero felicitar a la ganadora de esta primera edición, Laia Soler, por haber sido la elegida por el jurado.

En segundo, me gustaría agradecer a la editorial que haya organizado ese concurso, pues es una oportunidad para conocer a escritores jóvenes y prometedores.

Ahora pasemos a la novela. La verdad es que no me ha cautivado tanto como esperaba. No había leído ninguna reseña para no montarme ningún tipo de expectativa, pero mi TL está lleno de buenísimos comentarios y de valoraciones de diez. Ni siquiera había leído la reseña, pero al saber que era una historia de amor, no necesitaba saber más. Y con tantísimas valoraciones positiva me esperaba que me superenamorara la historia. Pero no ha sido así.

A ver, que no cunda el pánico. La historia me ha gustado bastante, pero creo que me formé otra historia en mi cabeza o un planteamiento distinto al que tenía, por lo que no he encontrado lo que buscaba.

La novela cuenta dos historias de amor a la vez, la de Marina y Víctor, casi un siglo atrás, y la de Abril y Leo, en la actualidad. La primera me ha recordado en ocasiones a Amar en tiempos revueltos (por lo de la familia humilde y la familia rica que viven en el mismo edificio). Eso, además de la pluma de Laia, que es muy fácil de leer, hicieron que me enganchara en seguida la novela. 

La narración está repartida entre el punto de vista en primera persona de Marina y el narrador en tercera persona que acompaña en todo momento a Abril. Al principio puede confundir un poco, pero en seguida el lector se acostumbra.

Los protagonistas me han caído bien, aunque a veces Marina, por su temperamento imprudente, y Víctor, por su decisiones irresponsables, me pusieran de los nervios un par de veces.

No obstante, si hay algo que me ha encantado de la historia, han sido varios personajes secundarios. En concreto, Héctor, Mario y Cisco. No me importaría leer alguna historia sobre ellos, en especial sobre el último, el hermano de la protagonista, que me ha gustado muchísimo.

Otra cosa que me sacaba alguna que otra sonrisa mientras leía han sido las menciones al clásico de J.M. Barrie, Peter Pan y Wendy y que han hecho que me proponga a leer, por fin, la novela original. Los guiños a Harry Potter también me han sacado alguna que otra carcajada y me han encantado las escenas donde aparece.

Sin embargo, hay algunas cosas que no me han convencido del todo, o que me han parecido un poco forzadas y por las que la puntuación ha bajado un poco. Las comentaré en la zona de spoilers para no destripar el libro.

También me hubiera gustado que Leo y Abril interactuaran un poco más y saber más cosas de la Barcelona del siglo XX.

~ Spoilers ~

Si hoy sincera,  la historia de amor no me convence del todo. Es decir, Marina pasa de ignorar un poco a Víctor a encontrarse de repente enamorada de él y querer huir juntos. No sé, con la personalidad de ella ese cambio tan brusco no me pareció natural.

Y hay otras cosas que me han mosqueado. En primer lugar, sabiendo Víctor que a la familia de Euralia le importan taaaanto las apariencias, ¿por qué no les amenazó con contar el affair de Euralia con aquel otro chico? Vamos, era una forma simple de quitársela de encima, creo yo.

En segundo, ¿cómo sabía de repente  todo el mundo que Víctor estaba a bordo del Lusitania? Que lo supiera la madre, de acuerdo. ¿Pero todos los del portal? ¿Después de todos los chismorreos por la aventura de su hijo con Marina todos estaban enterados de cuándo volvía? Bueno, cierto es que a lo mejor con los gritos y lloros de la madre, se acabaran enterando, ¿pero el mismo día que salía el artículo? ¿Y sin que Marina se enterara?

Después está lo de que el libro siguiera allí después de tantos años. Con todo lo que sufrió en esa casa Marina, lo mal que le trataba su padre y las ganas de irse que tenía, ¿se quedó allí nuestra protagonista hasta el día de su muerte? Y si fue así, los padres ya habrían muerto, ¿por qué seguir con el libro escondido en la pared?

Pero, si hay algo que me ha parecido muy muy forzado, fue lo del candado de la caja de la vieja. ¿Me vas a decir que el hijo de la anciana no sabía coger un martillo y cargarse el candado? Porque bien fácil que consigue Mario abrirla con unas horquillas ¬¬. O, en el caso de que no fuera muy avispado, ¿para qué guardaría la mujer esa caja si no sabía lo que había dentro? ¿Para que tener algo así en casa? No sé, me pareció todo muy cogido con pinzas.

~ Spoilers ~

Otra cosa que habría que destacar es la cuidada edición del libro, pero en eso ya nos tiene acostumbrados la editorial. La portada es preciosa, aunque la catalana me gusta mucho más por su colorido.

En resumidas cuentas, aunque no me haya emocionado y encandilado tanto como a mis compañeros, no quiere decir que la historia no me haya gustado. Los días que nos separan es una novela bonita, entretenida y adictiva. Me parece un muy buen debut para Laia, y la verdad es que me encantará leer otras historias de su puño y letra. 

[3.75]

-Dejamos algo a medias - se aproxima provocativamente a mis labios, acariciándolos con su aliento. Me acerco instintivamente a ellos, pero él se separa al instante-. ¿No tienes nada que decirme?

[¡Agradecimientos a Plataforma Neo por el ejemplar!]