Ochenta melodías de pasión en amarillo, de Vina Jackson

Maeva entra en la lista de editoriales que apuestan por el boom erótico, y nos ha traído esta novela, que me llamó la atención porque lo han escrito, conjuntamente, un hombre y una mujer...

Comienza así...

La culpa la tiene Vivaldi.

Atrapada en una relación frustrante con un hombre que no puede aceptarla tal como es, la apasionada violinista de rojo cabello Summer Zahova encuentra alivio en su música. Se pasa las tardes tocando por dinero en el metro de Londres, inmersa en las obras de Vivaldi o Mendelssohn. Cuando su violín queda destrozado, Summer recibe una sorprendente propuesta de Dominik, un profesor universitario con poderosos deseos, que lleva fascinado por ella desde la primera vez que la escuchó tocar. Dominik reemplazará su valioso violón, pero solo si accede a tocar para él un concierto privado.

Incapaz de negar la química que existe entre ellos, Dominik y Summer se embarcan en una intensa aventura llena de atrevidos giros, tan impredecible como emocionante. Para Summer es una oportunidad de abrazar por fin su lado oscuro, que tanto tiempo lleva reprimiendo, pero no tardará en enterarse de que cuando hay placer, debe haber dolor. ¿Puede sobrevivir una relación nacida de una pasión tan arrolladora?

Por la información que dan en las solapas, parace que los dos escritores son expertos en erótica, él en escribir novelas de ese género y ella en ir a club fetichistas. Y la verdad es que la novela me ha gustado.

Me ha gustado la relación de los protagonistas, ya que la típica relación en la que el hombre pervierte a la mujer y la adentra en una nueva perspectiva del sexo, sino que ambos experimentan el uno con el otro e incluso a veces ella es la que más se atreve, varias veces sin tenerlo en cuenta a él. Eso ha sido de las cosas que más me ha gustado, que no dependa de él en todo momento, que sea libre y que haga lo que le dé la gana.

Como he dicho, Summer se escapa del esquema habitual: no es pudorosa, ni mojigata y mucho menos virgen, todo lo contrario. Es bastante experimentada. Dominik tampoco es el típico ricachón con gustos extravagantes y con un pasado oscuro, cosa que se agradece bastante. Además de no caer rendidos el uno al otro en seguida ni de enamorarse tras haberse acostado un par de veces. Eso ha sido bastante innovador.

Respecto al nivel erótico, hay un poco de todo: clubes fetichistas, azotes, tríos y orgías, exclavos sexuales, voyeurismo. Aunque hay un par de escenas muy subiditas de tono, la verdad es que me quedo con Pídeme lo que quieras, que me sorprendió mucho más.

Lo curioso del estilo de los escritores es que hay dos tipos de capítulos: los narrados en primera persona por Summer y los narrados en tercera persona por un observador omnipresente que cuentan lo que piensa y siente Dominik. Sin embargo, a medida que transcurre la novela, ambos puntos de vista se mezclan entre sí.

Hay varios personajes secundarios, sin embargo, ninguno me ha gustado especialmente. Ni Víctor, ni Charlotte, ni Chris, aunque todos cumplen su papel muy bien, eso es verdad.

Al final de la novela, todo da un gran cambio que no me ha gustado. Summer pierde toda su fuerza, además del rumbo y me ha cabreado bastante. Aunque en el último momento recobra la razón y todo acaba con un final satisfactorio, que promete mucho para la siguiente entrega.

En resumidas cuentas, Ochenta melodías de pasión en amarillo es una novela erótica algo más atrevida y "escandalosa" de las que han salido tras 50 sombras, ya que los escritores no han sido nada remilgosos con respecto a la creatividad en las escenas. Además, se lee en una sentada y es bastante adictiva, además de apotar ciertos conocimientos de la música clásica. Espero con ganas la continuación.

 [3.5, en realidad]

Acercó la boca a su oído.

-Quiero tomarte ahora, aquí mismo - susurró.

Le pareció ver un indicio de asentimiento, aunque no podía estar seguro.

-Y habrá alguien mirando...

Summer inhaló profundamente y su pecho subió. Dominik la sintió estremecerse un segundo.

Curiosidades...

La melodía que unió a Dominik y a Summer.

[¡Agradecimientos a Maeva por el ejemplar!]