Sumergiéndome en los clásicos (2): Orgullo y prejuicio, de Jane Austen

Siempre he pensado que una no se puede considerar realmente lectora si no se ha leído nunca, al menos, un clásico -a pesar de que te guste o no-. Por ello, tengo como desafío leer al menos diez clásicos.

Continuamos esta abandonada sección con una de las historias más bonitas de la historia de la literatura, una de las obras más famosas del siglo XIX, Orgullo y prejuicio. 

Así comienza... 

Es una verdad universalmente aceptada que un hombre soltero que posee una gran  fortuna necesita esposa.

Llega a Hertfordshire un joven y rico soltero, el señor Bingley junto a unos amigos, entre ellos, el orgulloso señor Darcy, lo que crea gran emoción a la familia Bennet, ya que esperan poder casarlo con una de sus cinco hijas. Entre ellas se encuentra Elizabeth, que encuentra al tal Darcy el ser más insoportable y antipático del planeta. A ella quien de verdad le interesa es el encantador oficial Wickham, sin embargo, la señora Bennet tiene en mente casarla con el primo de esta, el señor Collins, ya que eso evitaría que la familia se quedará en la ruina tras la muerte de el patriarca de la familia.

Aunque, ya se sabe, las primeras impresiones a veces nos pueden engañar.

Estoy segura que alguna vez habrán oído hablar de esta preciosa historia o, al menos, habrán visto alguna adaptación de esta en la televisión. Pues bien, aunque no había leído el libro, la adaptación cinematográfica de Orgullo y prejuicio protagonizada por Keira Knightley y Matthew Macfyden es una de mis películas favoritas (es más, estoy escribiendo esta entrada con la maravillosa BSO de la película sonando en mi reproductor). Así que cuando me enteré de que la Editorial Bambú lo tenía en su catálogo, ¡no dudé en leerla!

Elizabeth Bennet es la segunda de cinco hermanas y, aunque no es la más guapa, es la que tiene un caracter más agudo e ingenioso. Es el ojito derecho de su padre por no ser tan cabezahueca e ignorante como sus dos hermanas pequeñas, Kitty y Lydia. Además, se lleva muy bien con su hermana mayor, Jane, por lo que intentará que esta sea feliz con el señor Bingley. Es una protagonista que te cae bien enseguida, porque no se deja avasallar, tiene unas opiniones muy agudas para el entorno en el que vive y la posición que tenían las mujeres en esta época, donde no eran mucho más que una posesión para los hombres.

Fitzwilliam Darcy (lo siento, siempre serás el señor Darcy) es un joven de una de las familias más ricas e influyentes de Inglaterra. Debido a esto, se cree superior a los demás por lo que no es muy sociable, además de increíblemente orgulloso. No obstante, es uno de los personajes que más evolucionan a lo largo de la historia.

George Wickham es el joven que más interesa a Elizabeth por su buen trato y lo encantador que es con ella. Todo el pueblo piensa lo mejor de él y lo tratan con educación y amabilidad. Elizabeth además siente pena por lo que el señor Darcy le arrebató injustamente: una cuantiosa herencia.

El señor Collins es el primo de las hermanas Bennet y las ha visitado con el único propósito de casarse con una de ellas. Esto es perfecto para la señora Bennet, ya que de convertirse en esposo de una de sus hijas, evitaría que, una vez muriese el señor Bennet y según la ley de la época, todo su patrimonio fuera a parar a sus manos, por no tener descendientes varones.

La historia está contada a través de un narrador en tercera persona omnisciente y refleja perfectamente la forma de pensar y actuar de la sociedad de ese siglo, los protocolos y tradiciones que se seguían a la hora de cortejar a las mujeres y a lo que se debía esperar de los hombres y de las mujeres.


Lo que me ha gustado mucho de la historia de amor es cómo, poco a poco, Elizabeth se enamora. No es amor a primera vista, ni mucho menos, es através de los meses y de lo que gradualmente va averiguando acerca de él. También cómo él se da cuenta, tras ese primer rechazo de ella, que no es tan perfecto como pensaba y que ella no es una más de esas mujeres que hacen todo lo posible para agradarle, para impresionarle. Ella es ella misma siempre, y no le importa lo rica o poderosa que pudiera llegar a ser aceptando su propuesta de matrimonio. A la vez, Elizabeth descubre que él no es tan mala persona o mal amigo como una vez supuso.

Felicitar a la editorial por una buena traducción, una edición muy bonita, y es que al final del libro nos regala unas cuantas hojas a color donde nos habla de la autora, Jane Austen y su carrera como escritora. Además de un epílogo donde se habla sobre el libro.

Premio Yo leo, Yo comento

En resumen, una historia deliciosa, que me ha enganchado desde la primera página y que estoy segura de que volveré a releerla. Orgullo y prejuicio es un buen retrato de la sociedad inglesa de esa época, además de poseer unos personajes increíbles que sufren una gran evolución a lo largo de la historia. Y porque esta novela es la antecesora de todas las novelas románticas de la actualidad. ¡Uno de mis libros favoritos!




Curiosidades...

- Por lo visto, Jane Austen estuvo enamorada de un joven de estatus superior y este le correspondía, pero la familia de él evitó que se casaran, por lo que la historia bien podría simbolizar el futuro que ella hubiera deseado.

- Trailer de la adaptación del 2005 - 

[Esta película me la habré visto más de 50 veces, sin exageración]

- Serie de la BBC de 1995 -

[Con mi admirado Colin Firth como Mr. Darcy]

- El diario de Bridget Jones está inspirado en Orgullo y Prejuicio (y da la casualidad que Colin Firth hace, de nuevo, de Darcy).

-Desde el principio, casi desde el primer instante en que le conocí, su arrogancia, su presunción, su egoísta desprecio por los sentimientos de los demás fueron tan convincentes que me dieron motivos para no sentir ningún aprecio por usted, lo cual sirvió de fundamento, después de lo que hizo, para consolidar la absoluta antipatía que me inspira, Y cuando apenas hacía un mes que le conocía ya pensaba que era el último hombre de la tierra con quien podría casarme, aun cuando intentara convencerme.

¡Agradecimientos a Editorial Bambú!