ASÍ COMIENZA...
A finales de invierno de mi decimoséptimo año de vida, mi madre llegó a la conclusión de que estaba deprimida, seguramente porque apenas salía de casa, pasaba mucho tiempo en la cama, leía el mismo libro una y otra vez, casi nunca comía y dedicaba buena parte de mi abundante tiempo libre a pensar en la muerte.
Hay historias de todo tipo. Sí, hay historias e historias. Y luego está Bajo la misma estrella.
Confieso que, cuando le pedí el libro a la editorial, no tenía idea de qué iba la historia. Pero tengo una amiga que me había recomendado muchísimo la pluma de John Green, así que no dudé en pedirlo. Y me alegro de no haberla leído, porque, si hubiera sabido que iba de una chica con cáncer, no la hubiera leído. Y no es que deteste ese tipo de libro, simplemente leí Antes de morirme y me gustó mucho, lloré y lloré y me dije a mí misma que, por mi bien, no leería más libros con protas que sufren cáncer.
Sin embargo, desde la primera página John Green te embruja con su protagonista, Hazel Grace, por tratar esta horrible enfermedad con franqueza, falta de dramatismo y fuerza.
Augustus Waters es un chico raro y directo. Y no quiero contaros nada de nada sobre él, solo que es uno de los mejores personajes masculinos que he tenido la suerte de disfrutar.
Algo en lo que muchos libros flojean es en los personajes secundarios. Aquí no. Todos tienen su momento, su lugar y su tiempo. No sobra ninguno. Y especialmente me ha gustado Isaac.
Se han escrito muchos libros sobre el cáncer, pero la mayoría comparten algo -al menos los que yo he leído- y es cierto dramatismo, cierto pesimismo. Y sí, es inevitable que esta historia también lo tenga, pero tiene además unas escenas que te hacen soltar alguna que otra carcajada -admito que me sentí mala persona más de una vez por reírme tanto- y unos diálogos ingeniosos, sarcásticos, reflexivos e interesantes.
La prosa de este escritor estadounidense es muy rica, estimulante, actual y real. En ningún momento de la obra me he aburrido. Es más, muchas veces me decía: <<Vamos a dejarlo aquí, Aineric, que esto hay que disfrutarlo poco a poco>>. Y es que me ha pasado como cuando tienes sed y solo tienes un vasito de agua y lo bebes en pequeñas dosis para disfrutarlo, porque una vez se vacíe, ya no tendrás más.
Tengo una libreta desde hace mucho tiempo donde pongo las frases o párrafos que más me gustan de una historia. Pues bien, voy a tener que comprarme una libreta gruesa para este libro, porque no hay frase que no mereciera ser recogida en ella.
La historia desde el principio te hace pensar que no es un libro como otro cualquiera, que es especial, y es algo innegable una vez llegas al final de sus páginas. Es más, esta foto es bastante simbólica y me ayudará a ilustrar cómo es Bajo la misma estrella:
Sí, esta novela no es una novela sobre una chica con cáncer.
Me ha gustado mucho que la historia te lleve por un camino y que estés segura de que terminará de cierta forma y de repente, ¡PUM!, la historia se ha vuelto del revés. Y ya no hablemos del final...
Bajo la misma estrella es una de esas novelas que te gustaría borrar de tu mente para sumergirte en sus páginas de nuevo y disfrutar así de su historia como la primera vez. Una Historía -sí, con H mayúscula- dolorosamente divertida y real. Y, sobre todo, jodidamente bonita.
¡Premio Yo leo, Yo comento! |
Sí, esta novela de John Green se ha convertido en una de las mejores novelas que he leído este año, sin duda alguna. Y, lógicamente, ha conseguido entrar en el Top 10 de mis libros favoritos. ¿A qué esperas para leerlo? Me alegro enormemente de tener en mi estantería otra novela del autor, Paper Towns, para poder volver a saborear su exquisita pluma.
Aquí os dejo con el fragmento que me enamoró de Augustus Waters (lo que me pude reír):
Debería haber estado nerviosa -iba en el coche de un extraño, camino de sus casa, y era perfectamente consciente de que mis pulmones de mierda no iban a permitirme grandes esfuerzos para evitar que se propasara-, pero conducía tan absolutamente mal que no podía pensar en otra cosa.Avanzamos unos dos kilómetros en silencio hasta que Augustus me dijo:- Suspendí tres veces el carnet de conducir.- Ni que lo jures.
¡Millones de gracias al sello de Nube de tinta por el ejemplar!